

Zhongguo, el país del centro, por Canal Encuentro
Historias para construir un puente a la China del siglo XXI
¿Qué tan lejos está China? Los casi 20.000 kilómetros que separan Buenos Aires de Beijing contrastan con la cercanía construida por el fluido intercambio comercial y, especialmente, por una nutrida migración desde el país asiático, una población que se integró e hizo su aporte a la cultura local. A partir de sus testimonios, Zhongguo 中国, el país del centro, de Canal Encuentro, reconstruye a partir de una serie de testimonios e historias la vida en común de ambos países.
Publicado: 26.10.23
Por: María Teresa García Bravo
Categoría: Escenas
El protagonismo que tiene China en el mundo actual contrasta con el desconocimiento que existe en nuestro país sobre algunas cuestiones fundamentales. Su cultura milenaria – que cuenta con 5.800 años de tradición-, su historia y su organización social continúan siendo una incógnita para buena parte de los argentinos y argentinas.
¿Cómo es la economía china? ¿Cómo es su organización política y gubernamental? ¿Cuáles son sus políticas de innovación en tecnología? ¿Cuál es el rol de la República Popular en el nuevo orden mundial y cómo es su relación con Latinoamérica? Estas preguntas nos permiten comenzar a desarmar algunos prejuicios, que muchas veces son las representaciones que predominan al momento de pensar en el gigante asiático.
Responder a estos interrogantes será fundamental para comenzar a entender el lugar que China tiene en el mundo del siglo XXI y qué implica la ambición de llegar a ser, como sostiene su presidente Xi Jinping, “una sociedad modestamente acomodada”.
El documental nos permite observar la presencia concreta de Argentina en «La nueva ruta de la seda», que es a la vez política pública y modelo geopolítico
Los rostros del “sueño chino”
¿Cómo son las caras de esa cultura, de esa economía, de esas iniciativas de cooperación?
El documental Zhongguo 中国, el país del centro, nos muestra fragmentos de la vida de algunas de esas personas, recorriendo el amplio arco que incluye a los y las referentes más activos en los medios de comunicación tradicionales o en las redes sociales, como Carlitos Lin y Karina Gao, hasta una familia de agricultores que desde Pilar produce, mediante la técnica ancestral del “cultivo en surcos”, las verduras que luego serán comercializadas en los mercados del Barrio Chino de Buenos Aires. Conocemos también a la profesora Fan Zhang, quien enseña el chino mandarín -el idioma oficial de China- a los argentinos y argentinas que desean estudiarlo. Los hijos e hijas de las familias chinas que viven en Argentina y asisten a las “escuelitas chinas” de los sábados para fortalecer su lengua materna y su cultura aparecen en escena. Allí descubrimos mucho más sobre la práctica de las “artes marciales”, ese nombre con el que llamamos, un poco indistintamente, al conjunto de actividades físico filosóficas provenientes de distintos puntos del lejano oriente.
Pero además de todo esto, que es lo más esperable cuando pensamos en “historias de vida”, lo que el documental nos permite observar de un modo espectacular es la puesta en obra, la presencia concreta en nuestro país de esa monumental iniciativa -a la vez política pública y modelo geopolítico- cuyo nombre es “La nueva ruta de la seda”. De la mano de Wenmo Jin, y con la guía de su apretada agenda de trabajo, realizamos un itinerario que comienza en las oficinas de Energy China, continúa en la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio y llega hasta Santa Cruz, para visitar una de las obras de infraestructura más importantes que se están realizando en Argentina con financiamiento chino: las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el río Santa Cruz.
Para ver a China «desde acá» solamente hace falta mirar de un modo particular nuestro propio entorno
Mirar desde acá
“Todo viaje de mil millas comienza con el primer paso”, la reconocida frase del filósofo Lao Tse (571 A.C) da inicio a este viaje a través del documental. Como todo en la filosofía y el pensamiento chino, no debe ser tomada en sentido literal, ya que el documental no pretende abarcarlo todo para agotar ese gigante que es la República Popular China. Simplemente proyecta el inicio de un recorrido que nos invita a dejarnos llevar por el estupor que causa una especie de espejismo: desde el comienzo, el audiovisual nos hace sentir que ya estamos en China, aún cuando reconozcamos perfectamente que el primer escenario en el que se está hablando en madarían es un edificio en Puerto Madero. Todo el tiempo “ya estamos en China”, pero sin haber dejado nunca la República Argentina.
Para ver China “desde acá”, para saber cómo es ese país, aparentemente misterioso y lejano, quiénes son sus habitantes y cómo es su modo de vida, solamente hace falta mirar de un modo particular nuestro propio entorno. Aunque parezca que China nos queda muy lejos, en realidad China está acá nomás. Basta mirar el horizonte y observar el Río de La Plata. ¿Hacia dónde van esos buques de carga que se desplazan por las aguas repletos de containers coloridos? A China ¿Y de dónde vienen? De China. Y en ese continuo vaivén explicitan la intensísima relación comercial que el gigante asiático mantiene con nuestro país.
Transformarse
El documental también nos hace testigos de diálogos que cuentan la historia de varias generaciones que llegaron a la Argentina con distintos proyectos que echaron raíces aquí, sin perder nunca las que mantienen allá. Agustina Elin, cuando su madre le pregunta cómo vive su vida en Argentina, responde amorosamente: “Vivo acá sintiéndome una persona peculiar, especial. Estando acá me siento como una china, pero cuando llego a China me transformo en una argentina”.
Este interrogante sobre la identidad reaparece en muchas escenas del audiovisual y tiene una respuesta contundente, como la que nos ofrece Wenmo Jin mientras realiza una presentación en Mar del Plata o viaja por las rutas santacruceñas. Ella señala que en todas las conversaciones con los chinos, en las mesas de negocios, se utiliza la forma pronominal “nosotros”. Siempre dicen “nosotros queremos” o “nosotros opinamos”, “a nuestro entender”. Y cierra el comentario con una sugerencia: “No intenten preguntarle a una persona china ‘quién’, porque no existe, es ‘nosotros’”. Wenmo, antes que como mujer o como CEO de una empresa constructora, se afirma como “cien por ciento china”, una interlocutora entre dos culturas.
Priorizar el nosotros sobre el yo es producto de un largo aprendizaje del pueblo chino. Así aparece en la pantalla cuando irrumpe la Historia: la decadencia y caída de la dinastía Qing en 1912, que marca el fin del gobierno imperial; la nueva constitución y la Nueva República, cuyo primer presidente fue Sun Yat-Sen; la debilidad del gobierno central y las luchas intestinas que dan por tierra con la nueva forma de organización política. Gracias a las imágenes de archivo vemos cómo los comunistas liderados por Mao Zedong triunfan en 1949 en la guerra civil y fundan, en ese mismo acto, la República Popular China, que subsiste hasta la actualidad.
La propuesta es entender el lugar que tiene China en este siglo y lo que implica su ambición de llegar a ser, como propone su presidente Xi Jinping, “una sociedad modestamente acomodada”
La Revolución en imágenes
Es destacable el modo en que observamos las características de los primeros años de la República Popular a través de una de las principales producciones artísticas del período maoista: los posters de propaganda que muestran la iconografía de la Revolución. Bajo la influencia soviética, el denominado “realismo socialista” se proyecta como estilo predominante desde la década de 1950, configurando las bases del arte oficial. Los posters se caracterizan por la idealización de la vida social del pueblo: son escenas de trabajadores agrícolas e industriales en las que se exaltan sus vidas y su trabajo. Estas representaciones tienen por objetivo educar al pueblo en los significados del socialismo y desalientan la individualización al mismo tiempo que refuerzan las conductas colectivas. El modo de vida característico del posmaoísmo, es decir, del período de Reformas y Apertura que comienza en la década de los 80, vuelve a ser relatado mediante la historia de vida, en este caso, la de Karina Gao: “yo recuerdo a China siempre para arriba. En los 80 no sufrimos lo que sufrieron nuestros padres, fue el sacrificio individual para poder crecer como país”.
En cada ocasión, la marca de identidad reaparece: siempre el nosotros antes que el yo, el proyecto colectivo y no el individual. En este sentido, el documental nos permite comprender el significado profundo del proyecto de “La Nueva Ruta de la Seda”. Las imágenes recorren estos puentes tendidos entre Argentina y China, algunos se ven hechos de cemento y de ingeniería; otros son más sutiles, pasan por la lengua, la comida y la cultura. Todas son conexiones fraternales que, a partir del respeto mutuo y la afectividad, intentan construir una comunidad de futuro compartido.
Zhongguo 中国, el país del centro
Canal Encuentro
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Por María Teresa García Bravo
Licenciada en Letras (UBA) y poeta, realizó la especialización en Estudios en China Contemporánea en la Universidad Nacional de Lanús, casa de estudios en la que se desempeña como docente e investigadora. Trabaja además en el Programa Prevención y Cuidados en el ámbito educativo del Ministerio de Educación de la Nación.
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