
Abril de 2007
Claudia y María en el archivo de la Federacion Libertaria Argentina. A la derecha, con las luces encendidas, se distingue el estativo utilizado para las reproducciones fotográficas.
EL ARCHIVO HISTÓRICO DE CANAL ENCUENTRO
Un asado con la Federación Libertaria Argentina
En su incansable búsqueda de imágenes para las series de Canal Encuentro, Claudia Perel y María Flores recorren las calles de Buenos Aires y se cruzan con personas tan apasionadas como ellas por registrar y conservar la historia argentina. A veces, esos encuentros devienen en grandes hallazgos.
Publicado: 03.03.2022
Por: Claudia Perel y María Flores
Categoría: Mil Palabras
Eran los inicios de Canal Encuentro y se había decidido producir la serie Historia de un país. Argentina siglo XX, con el objetivo de relatar los principales sucesos de ese tiempo. La característica particular del proyecto era que su realización consistiría exclusivamente en material de archivo. 24 capítulos de 52 minutos cada unos hechos sin entrevistas, sin exteriores, y en su mayoría con materiales en blanco y negro. Un gran desafío para el área de Archivo Histórico del canal, a cargo de abastecer semejante caudal documental.
Siempre existen temas “complicados” en la investigación de imágenes de archivo. En particular, si pensamos en el siglo XX: el material fílmico existente es muy escaso. Hay escenas de ciudades, paseos, algunas autoridades, el Zoológico, la Plaza de Mayo. La década de 1920 aporta excelentes documentales de Buenos Aires, el puerto, las provincias, la industria, producciones rurales, turismo. Pero no existen casi registros de luchas obreras, huelgas y conflictos sociales. Siempre recurrimos, por ejemplo, a las escenas que reconstruyen una represión policial a obreros en Juan sin ropa, una película muda de 1919.
Para cubrir varios capítulos que trataban la formación del movimiento obrero y la gran inmigración buscábamos material gráfico en diversas bibliotecas y en el Archivo General de la Nación. En esa búsqueda, en abril de 2007, contactamos a la Federación Libertaria Argentina. Su archivo tenía un horario de consulta muy particular: atendían solamente los viernes de 21 a 24 horas.
Nos contactamos con ellos, pedimos turno y allí fuimos con la Nikon, las luces, el trípode y el estativo. Hurgamos exhaustivamente estanterías, fichas, libros. Hicimos todas las reproducciones que el tiempo nos permitió. Revisamos diarios como El Trabajo, La Montaña, El Libertario, y obviamente La Protesta, en su mayoría encuadernados. Por suerte, algunos números sueltos facilitaron las reproducciones. Revistas más pequeñas como Ideas y Figuras nos mostraron un mundo escondido de excelentes caricaturas de represores, funcionarios de los gobiernos de turno o escenas de la vida cotidiana de la clase obrera.
Esas publicaciones seguían también, paso a paso, a algunos anarquistas presos en Ushuaia, como Simón Radowitzky y las campañas en su defensa. Las cartas a su compañera Eva Vivé estaban publicadas en la portada.
Afiches, folletos, fotos sueltas, recortes. Todo nos era útil. Y nuestra sensación era que estábamos en un templo, valga la paradoja, del anarquismo ateo. Todo era madera antigua, poca luz, cajas que no se habían abierto en mucho tiempo. Y un cristalero devenido en guardián de algunos valiosos objetos como los libros FORA o la Evocación del 1 de mayo de 1909, de Diego Abad de Santillán.
Nuestro trabajo fue muy exitoso y útil. Poco después les llevamos todo ese material digitalizado en prolijo DVD, numerado y catalogado. Eran más de 100 reproducciones que alimentaron varios minutos de la serie que estábamos produciendo, que se distribuyó en escuelas de todo el territorio y aún se programa en la pantalla de Encuentro.
El corolario, una sorpresa, fue la invitación a un asado que la Federación hacía ahí nomás, en un patio cubierto con los vecinos del barrio. Ese encuentro mensual era numeroso, jóvenes, niños y adultos en típicas mesas largas, a puro vino con soda y una masa rellena que no recordamos cómo llamaron, muy rica. Un momento inesperado, más que agradable, el de participar de una reunión habitual y solidaria, no fácil de encontrar en el aislamiento que ya predominaba en el ámbito porteño.
Nos fuimos antes de la medianoche cargando los equipos del Canal. Una pena no haber registrado ese momento en una foto. Otra paradoja.
Hoy, quince años después, recordamos esa experiencia con el mayor de los cariños y, sobre todo, con muchísimo respeto por las personas que allí trabajaban y por sus tesoros archivísticos.
Esta nota fue escrita por

Por Claudia Perel
Archivista. Fundadora del Archivo Histórico Documental de Canal Encuentro.

Por María Flores
Archivista. Fundadora del Archivo Histórico Documental de Canal Encuentro.
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