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Un nombre para Niña

En “La asombrosa excursión de Zamba y Nina”, Niña reconstruye su historia y la de su padre, traído desde África para trabajar en una fábrica de ladrillos como esclavo. En ese viaje cargado de recuerdos, también tiene una iluminación: su nombre es Saturnina. En este capítulo queda expuesto el comienzo de una nueva etapa.


Publicado: 03.03.2022

Por: Alberto Sileoni

Categoría: Escenas


Aún a mí que –como muchos– trato de tener cierta mirada activa, alerta, se me había pasado el tema del nombre de Niña. No había percibido esa ausencia. Ese genérico, nombrarla Niña, podía ser una afirmación de su condición femenina o un modo de señalar que en aquella sociedad colonial, las esclavas no tenían nombre. Hoy sentimos que no es tolerable esa carencia.

Zamba en algún momento le dice: “Es importante que a uno lo llamen por su nombre”. Este valor, el del derecho a la identidad, había sido tratado en otro capítulo de la serie, aquel que hicimos con Abuelas de Plaza de Mayo.

Es obvio que el Zamba original, que rescató tantas banderas fundamentales para nuestra historia, nuestra identidad, nuestra dignidad, le debía a la sociedad otras conquistas. Esta es una de ellas, clarísima: el derecho de Niña a tener un nombre.

Zamba sigue con su impronta americana, viajero del tiempo, cercano a los que sufren. Pero en este capítulo, La asombrosa excursión de Zamba y Nina, queda expuesto el comienzo de otra etapa. Habría que insistir en que el protagonista de la serie dejó de ser Zamba para pasar a ser un dupla, Zamba y Nina, hermosa y potente. En ese sentido, el destaque del “ahora hablo yo” es explícito y militante.

La escena donde Nina abandona la cesta de empanadas y se pone la mochila es un paso descomunal. Es el mismísimo avance de la humanidad entera. Es dejar atrás el trabajo infantil y acceder a la educación. Es dejar de ser una niña que sirve a patrones distantes para ser una estudiante más, con lo que esto implica en términos de dignidad personal y social.

Habría que insistir en que el protagonista de la serie dejó de ser Zamba para pasar a ser una dupla, Zamba y Nina, hermosa y potente. En ese sentido, el destaque del “ahora hablo yo” es explícito y militante.

El valor que destacamos en ese capítulo es la libertad, todo conduce en esa dirección, y está muy bien: es excelente la distinción entre esclavo y liberto, y Zamba lo resume en otra sencilla y extraordinaria expresión, cuando dice “qué triste no ser libre”.

Pero no nos olvidemos de la igualdad, porque libertad sin igualdad no es nada, es un valor que siempre destaca la derecha, porque es amplio, difuso, suena bien, pero no genera tensión, como queremos que ocurra, esa tensión necesaria para alcanzar horizontes de justicia.

“Mi papá viene caminando de tan lejos”, dice Nina y es otro hallazgo. Representa la lucha antigua de los pueblos, ni más ni menos. Es una idea política muy poderosa. Creo que habría que repetir algunas de esas felices ideas, concentradas en frases tan simples pero tan profundas, para que prendan y se instalen.

Me encanta este capítulo, Zamba se renueva desde sus fuentes, incluye otras discusiones que nos debíamos. La creatividad está intacta y, además, representa a un Estado nacional y popular que decidió volver.

La asombrosa excursión
de Zamba y Nina.
Paka Paka | 2020

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Esta nota fue escrita por

Por Alberto Sileoni

Profesor de historia. Se desempeñó como Ministro de Educación de la Nación, y actualmente es Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires.

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