

El Mundial de las infancias
Una pelota y un poco de imaginación
Con El Mundial y yo, la serie documental coproducida entre 17 canales de más de seis países de Latinoamérica y coordinada por Red TAL, la identidad de la región se piensa también desde el juego en el que niñas y niños siguen proyectando sueños e imaginación.
Publicado: 2.3.2023
Por: eureka tu canal
Categoría: Apuntes
El fútbol en Colombia es, por lejos, una de las prácticas más populares y divertidas a la que niños de todos los orígenes pueden acceder. Un balón y un par de piedras en la cancha improvisada – en una calle cerrada, en un potrero, o en un campo de grada- son suficientes para juntarse y armar un partido.
Formar parte de la coproducción El Mundial y yo nos puso frente a un tema global que, como canal público, también era importante explorar desde la mirada infantil. Así fue como la fiesta del fútbol nos dio la posibilidad de hablar de las emociones de los chicxs, de sus amigos y sus familias, de sus aficiones y sus sueños; nos mostró que este deporte puede ser mucho más que una práctica que exige tiempo, preparación y pasión, que los entretiene y los pone activos. Porque sin importar técnicas o estadísticas, el juego de la pelota une a los chicxs como miembros de una comunidad, pues es en ese lugar donde se sienten seguros y felices.
La fiesta del fútbol nos dio la posibilidad de hablar de las emociones de los chicxs, de sus amigos y sus familias, de sus aficiones y sus sueños
Investigar y producir
Desde eureka tu canal concebimos el trabajo de investigación como un proceso que nos permite acercarnos de dos maneras complementarias. Por una parte, a la cotidianidad de los chicxs, y por otra a su mundo interior, para descubrir en ellos esos aspectos de sus vidas sobre los que quieren contarnos una historia. Se conforma así un diálogo de “parcería” y cercanía entre la investigadora y los chicxs.
Para estos capítulos de El mundial y yo indagamos en historias de niñxs en lugares que poco se conocen de Bogotá. La búsqueda no fue fácil, pues trabajamos alrededor de distintas variables en relación con el tipo de historias que queríamos compartir con los niñxs de la audiencia: diversidad en género, historias en contextos sociales que normalmente tienen poca visibilidad dentro de la oferta de contenidos audiovisuales, entornos urbanos y rurales que nos permitieran hablar de comunidad y de trabajo en equipo, que a la vez resultaran atractivos para chicxs de otros países. En ese proceso encontramos las dos historias que harían parte de la coproducción y que nos llevaron a conocer y recorrer dos lugares muy contrastantes de Bogotá.
A una de ellas, Valentina, la encontramos en Tocaimita, un barrio ubicado en la frontera entre la ciudad y los cerros orientales al sur de la ciudad, habitado en su mayoría por familias indígenas del pueblo nasa (perteneciente a la región del Cauca en Colombia). El centro de encuentro en este barrio es la cancha de fútbol, que a su vez es salón de baile, sede de reuniones y lugar para ollas comunitarias. Todo en este barrio pasa por esta cancha, un terreno escarpado de algo más de 80 metros cuadrados, que desde muy temprano en los fines de semana se levanta con algún niñx y un balón esperando armar dos equipos o los que sea. Valentina, que ya tiene 15 años, nos contó cómo conformaría su equipo ideal, convocó a sus hermanos Neymar y Neo, a su primo Walter, su mamá y su tía, un “combo bravo”, como se dice en Bogotá. Buscándolos, recorrimos con Valentina los caminos del barrio, mientras nos contaba por qué el fútbol le hace la vida más feliz. Neymar estuvo siempre al lado de nosotros mientras grabamos y le decía a Valentina como hacer jugadas con el balón, con Walter ensayaban esas jugadas para mostrarnos en cámara y que no quedara duda que son unos cracks. No pararon de jugar con el balón aun cuando la cámara se apagaba, haciendo seguidillas y gambeteando con cada perro que les interrumpiera el paso. Los vecinos asomados, curiosos por la grabación, hacían una especie de barra para que todo les saliera bien. El fútbol une a los habitantes de Tocaimita, fue un gran lugar para hablar de este deporte y la pasión por él.
Sin importar técnicas o estadísticas, el juego de la pelota une a los chicxs como miembros de una comunidad, pues es en ese lugar donde se sienten seguros y felices.
Presentarse jugando
Días después, buscando un lugar aún más recóndito de Bogotá, salimos hacia el sur por un camino veredal. Nos habían dicho que serían algunos pocos minutos de caminata hasta la casa de Andrés Felipe, nuestro segundo protagonista. Después de esos pocos 40 minutos de caminar, llegamos a una casa tradicional del campo colombiano, con un jardín cuidado, algunas gallinas, muchos perros, un caballo blanco y una acogedora familia. Allí nos esperaba Andrés, de 10 años, junto a Jonathan, de 4. Jonathan era el más entusiasmado con mostrarnos cómo jugaba en ese lugar; antes que cualquier cosa pasara nos llevó a la bodega donde guardan las herramientas, buscó en los estantes y encontró 3 balones coloridos, escogió su favorito y, de inmediato, salió corriendo a jugar frente a la casa. A veces con los niños no hay necesidad de muchas presentaciones. Andrés, más formal, nos explicó cómo armaban los arcos para jugar a los penales, usaban palos o algunas piedras que abundan en su casa.
Los niños que viven en el campo de Colombia recorren largas distancias para ir a la escuela o para encontrarse con otros niños. En sus casas su cotidianidad consiste en ayudar con el trabajo, cuidar a los animales, recoger cosechas; el acceso a la tecnología – internet y la televisión- aunque existe es más bien escaso, es por esto que el fútbol en cualquiera de sus versiones les despierta un gran interés. Es un deporte simple, corren, se pueden tirar al piso, patear la pelota, hacer puntos, armar equipos de a uno o hacer tiros libres e imaginar que ganan un gran premio. En esta simpleza en la que solo la pelota y la imaginación son necesarias es donde se esconde la magnitud del fútbol. Una diversión que los hermana, los penales en las tardes, los arcos imaginarios y las reglas propias han acercado a las infancias de Andrés y Jonathan a la felicidad.
Volver a la infancia
La realización de estas historias nos conectó a nosotros mismos con esas tardes felices y simples. En palabras del realizador de los capítulos, Eduardo Muñoz: “Por mi parte, nunca fui aficionado al fútbol, pero me encanta pegarle al balón, la sensación de descarga cuando pateas y el balón se eleva, rebota, suena. Mientras grabamos estas piezas volví a jugar, a cobrar un penal, a tratar de hacerle un túnel a Andrés o un gol a media distancia en tiro libre. Y eso también hace mágico al fútbol, nos puede conectar con lo fácil que resulta divertirse y dejar de ser adultos por un rato”.
Teníamos algunas dudas de cómo se iban a recibir por parte de las audiencias los contenidos colombianos que hablaban de fútbol en pleno mundial sin la participación de Colombia, dado que no habíamos clasificado. Los centros de la narración fueron “Mi equipo ideal” y “Nosotrxs jugamos juntxs”, es decir, nada que ver explícitamente con la competencia mundial que tanto convoca. El acierto de contar con diversos formatos, según el estado de calificación de cada país, permitió tener una gama de contenidos con distintas entradas temáticas y diferentes experiencias, acentos y motivaciones.
Los centros de la narración no estaban ligados explícitamente al Mundial, por lo que los contenidos convocaron a las infancias de toda la región más allá de la clasificación de cada país
En noviembre de 2022, mes del estreno de la serie, en las redes sociales @eurekatucanal, el contenido más visto fue el tráiler del proyecto, generando gran expectativa en la audiencia al vincularse con el inicio del Mundial.
Los episodios más vistos durante el estreno fueron los de Andrés Felipe y Valentina así como el de las promesas, en el que un grupo de chicxs en Tandil (Argentina) cuentan qué harían si su equipo del alma gana el Mundial. Estos episodios fueron vistos por más de 36.000 personas y la serie tuvo un alcance durante noviembre y diciembre de 127.000 personas.
El Mundial y yo
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La nota fue realizada por Marcela Benavides, directora de eureka (Bogotá, Colombia), Carolina Robledo, productora de contenidos del proyecto y Paola González, líder de contenidos de eureka.
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